Los pococuentos pretenden ser
una herramienta
para el desarrollo de la capacidad creadora del ser humano.
Por esta
misma función que desempeñan, encuentran en los niños su mejor público,
propenso a la creación y al descubrimiento.
A través de su ejecución, se
trabajan, además, múltiples aspectos de la expresividad que ayudan a los niños
a desarrollar esta capacidad: se articula el lenguaje con los rasgos de la voz
-tono, volumen, altura, ritmo, intensidad, extensión-, los movimientos del cuerpo,
incluida la gestualidad, y la memoria tanto individual como colectiva.
A través de este recurso narrativo se fomentan
también:
-
libertad creativa: no hay límites a lo que cada uno
pueda proponer
- desarrollo de la autoestima: como no existe una
respuesta correcta ni una equivocada,
cualquier propuesta que venga de los
niños será acogida e implementada en la historia
-
sentimiento de unidad de grupo
-
aceptación del otro
-
integración de otros puntos de vista con el
propio
- estimulación autónoma de la fantasía
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