Hoy fuimos llegando despacito, uno a uno, en una tarde
tranquila. El barrio era casi todo silencio y piezas de diálogos daban un peso
al aire que nos rodeaba.
Nos contamos pequeñas historias y nos escondimos en una
caja, de la que fueron saliendo un globo verde con gafas, un superhéroe ciego,
un hada de la nariz adornada de flores…
Empezamos a ver los personajes de un nuevo pococuento, empezado
en una cueva donde el monstruo de colmillos iba guardando sus preciadas velas.
Y bailamos celebrando el amistad entre Hada Madrina, Gorila
y Monstruo de los colmillos! Se juntaron dos princesas, y se hizo más larga la
fiesta: corros, lucha de globos, magias de toda clase. Pocimas, varitas mágicas
y antipócimas.
Un vórtice de ideas y saltos al abismo de la fantasia nos
trasportaron en otro mundo, abierto a todo y que nos hizo estar abiertos a
inventar y abiertos a recibir la invención del otro. Sin conocernos nos conocíamos,
y lo que pudimos celebrar hoy ha sido un lindo reencuentro!
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